Hélices

sábado, 11 de junio de 2011

Sorpresas.

Y allí estaba otra vez  después de tanto tiempo, de pie sin paraguas y empapado, dejando que la lluvia callera sobre mí. Llevaba días conteniéndome para no ir pero mi fuerza de voluntad se había agotado, necesitaba ver ese árbol de nuevo, necesitaba comprobar si todo fue real o simplemente un sueño, y sinceramente las iniciales que estaban grabadas en la corteza de ese árbol eran la única prueba de que hace tiempo hubo algo entre ella y yo.
No sabía exactamente que iba a pasar por mi cabeza al ver las inscripciones, no sabía si iba a sentir pena, rabia o nostalgia, pero nunca me hubiera imaginado ver lo que vi, un escalofrió recorrió mi cuerpo e incontrolablemente de mis ojos comenzaron a brotar lagrimas, debajo de las iniciales y con una caligrafía que hubiera reconocido por mucho tiempo que pasase estaba escrita una frase.
“Te echo de menos”

Charlie