Hélices

domingo, 4 de enero de 2015

Tres

Me urge una siesta en tu jardín, con el olor a césped recién cortado y rodeado de esas flores azules que sólo tú sabes plantar, dormirme entre rosales sin espinas y con tu boca cerca de mis labios para que jueguen a mandarse mensajes a través de susurros. 

Mirarnos fijamente mientras nuestras pestañas intentan rozarse sin éxito y se vuelven conformistas perdonando los tres centímetros que las separan.

Charlie